martes, 13 de marzo de 2012

CFK y sus "nazis"

Ayer habló nuevamente nuestra primera mandataria y oradora en jefe. Y como cada vez que eso sucede, terminamos preguntándonos qué maldad tan grave habremos hecho para merecer semejante castigo.
El motivo principal de su alocución ya no interesa, que por lo general es algún tema irrelevante para la administración del Estado. La señora suele usarlos como excusa para vomitar todo su odio contra la prensa libre o cualquier ciudadano que ose oponerse a su voluntad o pensamiento. Ahora apuntó sus dardos venenosos contra dos periodistas, tal es el caso de Osvaldo Pepe, del diario Clarín, y Carlos Pagni, del diario La Nación. Del primero le molestaron sus definiciones sobre miembros de esa agencia de colocaciones VIP denominada La Cámpora: el redactor opinó que “muchos de ellos son hijos o familiares de militantes montoneros” y que “los identifica el mismo gen”. Y dijo que estas expresiones le sonaron a Josef Mengele, le pareció muy nazi. Y no es más que otra obscena exhibición de su brutal ignorancia, ya que a lo sumo podría haber asociado el tema con Cesare Lombroso, el padre de la antropología criminal, de quien debería tener noticias si fuera abogada como pretende. Lombroso sí investigaba el delito como resultado, entre otras cosas, de un proceso genético. En cambio, los horrendos experimentos del Dr.Mengele sobre seres vivos nada tenían que ver con la criminología ni los delitos. Porque a lo que se refería claramente el redactor vapuleado, era a la condición criminal de los Montoneros como aspecto negativo, y no a su pertenencia a una raza o etnia determinada. Pero claro, esto es apenas un detalle imperceptible para la claque descerebrada que está siempre pronta a ovacionar cualquier estupidez que emane de su “brillante” conductora.
Todo esto ante la extravagante escena de la presidente denostando a los nazis con la imagen de fondo del militar que dio acogida en la Argentina a muchos de los más encumbrados jerarcas del Tercer Reich luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Y luego arremetió contra Carlos Pagni, por el crimen de lesa humanidad de haber descripto al camporista Axel Kiciloff como descendiente de un rabino emigrado desde Odesa (Ucrania). Dijo que el artículo tenía “un tufillo antisemita”. Es decir, si mencionar en la breve biografía de una persona que existe un estudioso del judaísmo entre sus antepasados es ser antisemita, cómo se podría calificar entonces el ocultar ese dato. Porque en apariencia la intención de la presidente hubiera sido ésa: ocultar dicha información. Si no, no se entiende semejante observación. Entonces, ¿quién es más antisemita?
Señora presidente: el 54% del electorado le confió su voto para que gobierne, no para que haga el ridículo en cada una de sus intervenciones públicas. Si no está en condiciones físicas óptimas para cumplir con su función, entonces váyase. Los que amamos la libertad, los derechos individuales y la plena vigencia de la Constitución Nacional, le agradeceremos ese gesto patriótico.

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